En Ecuador, se estima que se consumen alrededor de 35 millones de pilas al año, y lamentablemente, la mayoría de ellas no son reciclables. Las pilas alcalinas o comunes son las más utilizadas en el país y, al no ser reciclables, su disposición final se convierte en un problema ambiental.
Por esta razón, es importante que una vez que se gasten estas pilas, se depositen en contenedores especiales para pilas usadas llamados Recicladores de Pilas. Esta iniciativa forma parte de la campaña que desarrolla el gobierno a nivel nacional para la gestión adecuada de residuos peligrosos.
Las pilas contienen compuestos químicos como óxido de mercurio, níquel y cadmio, que pueden contaminar el suelo, el aire y el agua si no son dispuestos correctamente. Esta contaminación puede afectar nuestra salud, especialmente los pulmones, riñones y sistema nervioso. Además, el proceso de descomposición de las pilas puede tardar hasta 500 años, pero la lluvia, el calor y la acidez del suelo pueden acelerar el proceso.
Es importante destacar que, gracias al trabajo de gestores autorizados, las pilas recicladas son dispuestas en contenedores cerrados y mediante un proceso técnico que garantiza que la pila no entre en contacto con el ambiente.
En conclusión, es fundamental que como ciudadanos tomemos conciencia de la importancia de reciclar y gestionar adecuadamente los residuos peligrosos como las pilas. Cada uno de nosotros puede contribuir a cuidar el medio ambiente y proteger nuestra salud. ¡Seamos parte de la Generación Verde y cuidemos nuestro planeta!